"Los hombres siempre combaten furiosamente, buscando el dañarse lo más posible unos a otros, hasta que mueren por cientos en uno y otro bando. La malddad humana no conocerá límites, y su brutalidad arrancará desde su raíz los árboles que componen el bosque del universo. Ávidos de sangre, centrarán toda su voluntad en la guerra, el dolor, el odio y la muerte, sin que importe ya quienes son las víctimas. Su gran orgullo los hará pensar que se elevan hasta los cielos, pero sus cuerpos serán tan pesados que permanecerán pegados al suelo. Finalmete no quedará ser alguno sobre la tierra, o bajo ella, o en las aguas, que no sienta el acoso y el peligro y entonces será obligado a dejar su madriguera y obligado a deambular de una a otra tierra. ¡Oh mundo!; ¿por qué no decides abrir las bocas de tus grutas y tus simas, y arrojas dentro a los hombres? De esa manera el cielo podría aliviarse de la visión de estos seres abominables y perversos".
Leonardo da Vinci. (fragmento de su diario)
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